Ese deseado viaje que, con tanto esfuerzo planificaste y disfrutaste, concluyó, y ahora es tiempo de volver a casa. Mientras recuerdas a todas las personas que conociste, sumado a los mejores momentos de tu viaje, te preguntarás que será de tu vida a partir de ahora.
La sensación de llegar a casa luego de un largo viaje es rara. Tuviste un largo tiempo conociendo algo nuevo cada día y ahora pasas a formar parte de la monotonía de la rutina. Hay una amalgama de emociones que varía dependiendo de la persona. Por una parte estás alegre de haber vuelto, pero por otro lado sientes nostalgia y tristeza porque todo terminó.
También sientes esa sensación de desapego, que es cuando regresas y no sientes tu hogar igual que cuando partiste hacia tu viaje. Cualquier mochilero que haya realizado viajes de larga duración te confirmará lo difícil que es sobrellevar cambios de ese tipo. Son emociones que todo viajero ha vivido en algún momento de su vida.
Por otra parte, el regreso a casa no tiene porque ser un tormento. Te encuentras con tus familiares y amigos, descansas en tu propia habitación de todo el ajetreo de andar de un lado para otro, no tienes que preocuparte por gastar comida en la calle, entre muchas otras cosas más. Recargas tus energías al máximo, tanto física como mentalmente. Es bueno toparte con tus amigos después de tanto tiempo sin verlos y contarles las anécdotas de todos tus viajes.
Después de un tiempo, llegarás a sentir el aburrimiento con más frecuencia y tu mente estará en un estado estacionario, que sucede básicamente por estar haciendo lo mismo de siempre. Sé lo difícil que es salir de ese estado mental, pero si te lo propones no tendrás que llegar hasta el punto de la pereza total.
Es importante buscar algún oficio para evitar caer en el sedentarismo. Sentarte a recordar lo bueno que estuvo tu viaje hará que odies el hecho de haber regresado a tu hogar. Realiza actividades en tu propio país como excursiones, caminatas, visitas a museos o sitios arqueológicos mantendrán tu espíritu viajero encendido sin necesidad de ir al extranjero.
Conocer a otros mochileros ayuda a la causa. Querrás conocer a otros viajeros, con tus mismos gustos y mentalidad, así que empieza por visitar algún hostal de tu ciudad. Muchos hostales hoy en día cuentan con un bar y área social disponibles tanto para sus huéspedes como para quienes no se hospedan, haciendo la tarea de socialización más fácil.
Consigue un trabajo en donde, además de aumentar tu cuenta bancaria para un futuro viaje, te ayude a sentirte bien contigo mismo. A diferencia de ganar buen dinero a cambio de trabajar en algo que detestas por completo, mejor enfoca tus energías en hacer algo de lo que te sientas feliz de llevarlo a cabo.
Planifica para tu próximo viaje. Nada te mantendrá más entretenido que organizar tu siguiente parada por el mundo, mientras consultas rutas, destinos y demás cosas que ver.
Si eres de los que ha vuelto a casa y conoces formas de mantener la mente distraída luego de un viaje, sería bueno que lo compartas en la sección de comentarios.