Cualquiera que ha cruzado demasiadas fronteras por tierra, sabe lo enredado y pesado que se puede tornar el simple proceso de marcar la salida de un país y la entrada hacia el otro. En todo el mundo existen infinidad de historias referentes a las horas que muchos viajeros han tenido que esperar para cruzar de un país al otro.
Si bien sabía que en algún de mi vida tenía que toparme con una frontera de pesadilla, no esperaba que fuera en Rumichaca, punto fronterizo principal entre Colombia y Ecuador. La misma la crucé unas tres veces, pero fue en el segundo viaje que el caos de las largas filas me tomó desprevenido, donde al final salí algo airoso gracias al factor suerte (y de la buena).
El día de víspera de navidad salí hacia Rumichaca desde Ipiales a eso de las 7:30am. Esta última ciudad, del lado colombiano, está ubicada a unos 10 minutos de la frontera. Había escuchado antes que era posible encontrar la frontera con largas colas desde temprano, y más tomando en cuenta que eran fechas navideñas.
Por suerte, llegué y todo fue sumamente tranquilo. Entre sellarme la entrada/salida, esperar a que revisaran mi mochila y tomar el bus hacia Tulcán (pueblo cercano a la frontera del lado ecuatoriano), me tomó menos de una hora.
Luego de una larga semana, después de pasar navidad y año nuevo en Quito, decidí regresar a Colombia para disfrutar del carnaval de Pasto. Salí tan temprano como pude (8am) de la capital ecuatoriana, rumbo a Tulcán nuevamente.
En las cinco horas que dura ese trayecto, el bus sufrió un pequeño percance gracias a un desperfecto mecánico, pero nada grande como para evitar que llegáramos a Tulcán alrededor de las 1:30pm.
A las 2:30 pm ya estaba por los lares de Rumichaca, pero cual fue mi sorpresa al ver que la fila le daba casi la vuelta completa al edificio de inmigración. Lo peor todavía es que esa fila era la misma para salir y para entrar del país.
Resignado a saber que tendría que esperar un montón, me puse en la línea, y es allí cuando interactúas con la gente a tu alrededor que te enteras de algunos detalles que no desearías fueran ciertos, como de gente que han estado haciendo fila desde la mañana y todavía están en las mismas.
Un detalle importante a saber es que la frontera, a diferencia de otras que están abiertas las 24 horas, cierra a las 10pm, por lo que contemplé la posibilidad de regresar a Tulcán y regresar la mañana siguiente a las 6am. Con más ganas de dejar el lugar e irme, le pedí a un señor que me cuidara el puesto mientras m me iba al inicio de la cola a ojear el porque de tanta lentitud.
Cuando mencioné al inicio de este post que la suerte me ayudó mucho, no mentía. Cuando llegué al inicio de la fila, grande fue mi asombro al ver a una señora, que estuvo detrás de mí, entre las primeras.
En cuestión de segundos ella me vio, me ayudó a meterme y, ni corto ni perezoso, aproveché la oportunidad. En unos 30 minutos ya tenía la salida de Ecuador estampada y era momento de ir del lado colombiano a marcar mi entrada.
Hay un dicho que dice: “si acá llueve, allá no escampa”, y eso fue lo que vi cuando llegué a las oficinas de migración colombianas. Pero como nuevamente la suerte de mi lado, me topé a un grupo de alemanas que conocí en Quito durante año nuevo, las cuales me ayudaron a meterme a la fila de forma discreta.
Me mentalicé a soportar un poco más de cansancio hasta tener el sello de entrada, y al final demoré un poco más de dos horas, lo cual considero poco si hubiera tenido que hacer toda la fila.
A las 8pm de la noche estaba en el bus rumbo hacia Pasto y luego de 4 días de carnaval, salí de Pasto tan temprano pude para estar de vuelta a Quito. Se corría el rumor de que era probable encontrar gente desde las 5am en la frontera, ya que muchos regresaban a Ecuador desde Pasto el 7 de enero. Una vez en Rumichaca, fue como la primera vez: tranquilo y con pocas almas haciendo fila.
Me imagino que existirán muchísimos puntos fronterizos en todo el mundo, donde la marea de la tranquilidad se altere en cuestión de horas. ¿Alguna vez has tenido que lidiar con algún lugar parecido?
Por suerte en Europa tenemos el Tratado Schengen de libre circulación de personas. Uno de los pocos países que se quedo fuera es Reino Unido, y a veces hay bastante cola para entrar en ese país. Una vez tuve que esperar una hora y media en el aeropuerto de Stansted (Londres), pero después de leerte hasta me parece poco!
Yo tanto no… pero por no querer hacer una cola me vi en un apuro económico. Fue en la frontera oeste entre Costa Rica y Panamá (Paso Canoas). Para los pasaportes no había demasiado jaleo. Pero para el banco si. Así que ante el temor de perder el bus, decidí que ya iría al banco en David, ciudad que era mi destino… Pues bien, resulta que en David no cambian moneda costarricense. Solo en la frontera… y no me quedaban dólares para coger un bus a la frontera!! En fin, una historia que por suerte terminó bien… pero a la próxima… ¡¡ESPERO LA COLA!! XD
me siento muy identificado con tu relato. Yo cruce junto con mi companero de ruta el viernes 6 de Enero (lado ecuatoriano) y me sorprendio la tranquilidad del lugar y la amabilidad de la gente (cosa que no sucede en otros pasos fronterizos). La sorpresa surgio en cuanto notamos que la fila no avanzaba, y nos enteramos que "no habia sistema" por lo que debiamos esperar indefinidamente hasta que volviera. Luego de una hora aprox volvio el sistemas y cruzamos sin problemas. Al regreso, luego de 10 dias, oh casualidad! nos topamos con una situacion identica! esperar en fila indefinidamente hasta que retornase el sistema. Quiero pensar que no fue solo mala suerte! supongo que debe ser habitual que suceda esto desde el lado ecuatoriano y es un punto a mejorar, pero sin dudas es uno de los pasos fronterizos mas tranquilos que conoci.Saludos!
Hola, es verdad que en el paso de Ecuador a Colombia hay que presentar una tarjeta de vacunación, sino, no te dejan pasar?Saludos,Lorena
Que tal Felipe. Esa es uan super ventaja de las personas que visitar y viven en Europa, ya que se ahorran una infinidad de tiempo y de papeleo, gracias al tratado que mencionas.Con la cantidad de diferencias políticas e intereses de por medio, sería muy difícil que algo así se aplique para el continente americano. Vamos a ver si el tiempo dictamina lo contrario.
Purkinje: Eso si es correr un riesgo enorme, pero por suerte te terminó de ir bien.
Bernardo: Me habeís recordado lo del sistema caido, que casualmente sucedía justo cuando estaban las enormes filas. Creo que eso era una excusa para justificar la lentitud de la fila.
Lorena: no es necesario la tarjeta de vacunación. Quizá escucharás o hayas escuchado historias de personas que han tenido que pagar por cruzar la frontera si no tienen una tarjeta, pero la verdad es que no debe ser así. Incluso, hay anuncios en las ventanillas de inmigración que advierten que no es necesario presentar tarjetas de vacunación.
Hola soy de Peru e hice este viaje desde Piura hasta Cali, y bueno la frontera fue facil, no habia mucha gente, solo en Ecuador que no querian cambiar billetes de 100 dolares, es raro para mi, pero ellos tenian miedo de billetes falsos, asi que pedí el favor a una farmacia que acepten mi billete, tube que comprar muchas cosas para cambiar el billete y poder comprar mi pasaje, esto fue en la frontera de Huaquillas si viajan y llevan dolares tienen que llevar billetes de 20 dolares, es facil que los acepten.