Todavía recuerdo en 2007 cuando viajé a Costa Rica, y tuve el mal rato de toparme con una nicaragüense y hacerle saber (luego que ella me preguntará si estaba entre mis planes visitar su patria) que no estaba interesado en conocer su país porque “es feo y no hay nada que ver por allá”.
Sobra decir que ese fue un comentario lleno de ignorancia al extremo, y tuvieron que pasar tres años para tragarme mis propias palabras y ver que este país es todo lo contrario a lo que antes creía. En todo ese viaje que hice por Centroamérica en 2010, no miento al decir que recorrer Nicaragua fue una de las mejores experiencias viajeras que haya tenido.
¿Pero porque tanta negatividad y rechazo en la mente de muchas personas cuando se menciona el viajar a Nicaragua? ¿Por qué al viajar por América la mayoría de los mochileros se saltan este país y optar por irse a Costa Rica, Honduras o Guatemala? Gran parte de ello se debe al conflicto interno que vivió la nación en los años 70 y 80, que dejó una gran cantidad de muertos, destrucción y exiliados a montón.
Bastantes años han pasado de aquellos eventos y aun, cuando hoy día se respire paz y tranquilidad, todavía persiste la creencia que Nicaragua es una zona repleta de violencia.
Basta con irse a León para recorrer las calles y ver la particularidad de cada iglesia que existe en esa ciudad, o visitar la pintoresca Granada para apreciar la belleza arquitectónica colonial de sus casas y calles, o caminar en medio de la oscuridad en una calle desierta en la isla de Ometepe y ver la hermosura de los volcanes Maderas y Concepción, o mejor relajar la vista en el cerro donde se encuentra la estatua del Cristo en San Juan del Sur.
Puedo seguir la lista de cosas que ver en Nicaragua, pero creo que entendieron el punto. Por otro lado, no puedo decir lo mismo sobre Managua. La buena vibra que me traje de León cambió cuando arribé a esta ciudad. No pienses que Managua es lo peor de lo peor, pero cuando llegué si percibí una carencia de alegría y seguridad.
Quizá porque el día estaba nublado, o porque vi demasiados chicos en la calle pidiendo dinero o tal vez porque todavía recordaba con claridad el suceso del taxista, pero si me lleve esa impresión de intranquilidad durante mi estancia en Managua. No es mi idea que no se visite, pero si que se haga con mucha precaución (como en toda gran ciudad a la que vayas).
En términos generales, Nicaragua no es nada de lo malo que se habla o se piensa. Si bien su pasado político fue muy turbio y nefasto, no tiene por qué entorpecer con el hermoso presente que tienen los nicaragüenses por país. Nicaragua es pobre y no lo dudes por un segundo. Es el segundo país más pobre de Latinoamérica y pude ver parte de esa pobreza cuando estuve por Managua.
Pero más allá de sus problemas y desgracias, los habitantes son demasiado amables y agradecidos con el extranjero que los visita. Se necesita empezar una pequeña conversación para darte cuenta lo tan buena gente que son.
Si lees esto y estás pensando en viajar por Centroamérica y conocer Nicaragua, pero tienes incertidumbres de por medio, no deberías de preocuparte. Lo peor que puede pasarte es que amanezcas con una resaca horrible de tanto fiestar, que haga bastante calor o que termines mareado en un velero y vomitando.
¿Has tenido la oportunidad de ir a Nicaragua? Si has ido alguna vez, ¿qué tal fue tu experiencia?