Al inicio de mi viaje, yo tenía un concepto 100% diferente (y errado) de Nicaragua gracias a un episodio con un taxista. Si tengo que mencionar algo positivo de haber viajado hasta este país fue irme de allí con un gran cambio de percepción (de negativa a positiva).
Al inicio pensaba visitar únicamente León y Granada, pero las sugerencias de otros mochileros me llevaron también a conocer Managua, Ometepe, Masaya y San Juan del Sur. Sobra decir que el cambio de planes fue lo mejor que pudo haber pasado para mejorar el viaje.
1- Viajar en bus no resultó tan abrumador. A diferencia del transporte colectivo de Managua, mi experiencia en bus por el resto del país fue tranquila. Rutas como Managua-Granada, Masaya-Granada, y Rivas-San Juan del Sur no las sentí tan agobiantes. Incluso en Ometepe viajé en el techo de un bus, siendo un recorrido divertido, mientras esquivaba las ramas de algunos árboles y escuchaba a los campesinos hablar del día a día de sus labores en el campo.
2- Comer en la calle es sumamente barato. Tan barato que por $5 puedes tener las 3 comidas diarias. Claro que no me refiero a caer en un restante de lujo o algo por el estilo. Yo visitaba los lugares donde van los locales como el mercado, la fonda ubicada en una esquina de la calle o algún restaurante chico. Lo puse en práctica tanto en la capital como en los demás poblados. Todo esto siempre y cuando el sitio donde comiera me inspirara confianza en cuanto a higiene.
3- El turismo no se ha apoderado del todo de Ometepe. Quizas por comentarios de algunos amigos o por culpa de la imaginación, me hice una extraña idea creyendo que esta isla era una zona con una gran infraestructura turística, repleto de hoteles y resorts a doquier. Para mi sorpresa, no me encontré a muchos turistas (quizas por la temporada en la que fui) y la mayoría de los hospedajes se limitan a ser fincas, hostales básico y hoteles pequeños.
4- San Juan del Sur si es turístico. Similar al punto 3 pero a la inversa. Creía que San Juan del Sur era un pueblo sencillo, como muchas regiones costeras en Nicaragua, pero no fue hasta que llegué cuando descubrí el sector turístico que existe en la actualidad, y cada día que pasa va en aumenta (aunque no de manera vertiginosa).
5- León es 100% religiosa y sandinista. Con que recorras el centro de la ciudad te darás cuenta de la cantidad de iglesias que abundan y monumentos realzando el fervor sandinista. Tuve tiempo de recorrer más de 13 iglesias, y aún me faltaron otras más que estaban fuera de mi ruta.
6- La frontera de Peñas Blancas es un desastre. Caótica, sucia, y desordenada es lo que pude ver al arribar a este punto fronterizo. He recorrido otras fronteras con ciertas similaridades, pero esta ha sido una de las más incómodas, en donde el calor y el polvo hacen mella luego de un rato. Ni mencionar el dolor de cabeza que pasé cambiando unos cuantos dólares. En fin, ya sabes que debes ir preparado mentalmente al llegar a Peñas Blancas.
Si has tenido la oportunidad de viajar a Nicaragua en algún momento, sería bueno saber como te fue en la sección de comentarios.
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