Durante los meses de marzo a abril, que trabajé en el crucero, viajé una parte del Caribe, Colombia y las Antillas Holandesas. En todo ese tiempo noté algo peculiar: la mayoría de los viajeros con los que me topé son jóvenes y viajaban por la clásica ruta turística de un país.
No me malinterpreten. Me agrada ver que cada día hay más gente joven viajando, ya sea por tierra, mar o aire. Superar el primer paso, de por si, es asombroso. No mucha gente lo hace. No obstante, es algo desalentador ver muchos viajeros jóvenes recorrer los mismo lugares.
Los lugares populares son populares por una razón, y no hay nada de malo en visitarlos. Pero cuando se viaja con tiempo de sobra, no hay excusa para no conocer los lugares no turísticos.
Muchos mochileros se mantienen únicamente recorriendo los lugares de siempre, sin siquiera intentar explorar una ruta distinta. Incluso me tocó en una ocasión tratar de convencer a unos viajeros de visitar Punta Gorda (un pueblo poco turístico en Belice), pero no mostraron interés alguno.
Voy a tomar Centroamérica como ejemplo. No todas las personas que mochilean por ella visitan El Salvador o Belice. Algunos dirán que no visitan esos países porque no han escuchado nada interesante de ellos, mientras que otros simplemente no tienen una respuesta concreta del porque no van.
Este patrón de viaje lo encontramos en todas partes, no sólo en nuestro continente. En Guatemala, muchos viajeros van a Tikal y Antigua sin hacer el mínimo esfuerzo por alejarse de los sitios turísticos. Hay quienes cruzan la frontera de Guatemala hacia Honduras únicamente para visitar las ruinas de Copán, y ya dicen que conocieron todo Honduras.
Siempre habrán viajeros que se mantendrán recorriendo las rutas tradicionales, no importa que intentes persuadirlos de ver otras cosas. Lo que más me preocupa es que esta tendencia va en aumento.
Viajar es más que visitar un lugar y tomar todas las fotos posibles. Si ese fuera el caso, entonces una ida al cine cuenta como un viaje. Desde mi punto de vista, viajar es ir a un destino a experimentar cosas nuevas, tratar con personas de una cultura diferente, probar la comida local y porque no, emborracharse en un bar local mientras aprendes vulgaridades en el idioma nativo.
Cuando se mochilea hay que ser independiente lo más que se pueda. Existirán momentos (cuando se es mochilero los hay constantemente) en donde tendrás que resolver situaciones por ti mismo y sin ayuda de nadie. Eso es parte de la emoción de un viaje. No es nada más llegar a una ciudad, buscar un hostal, hacer el tour local y a día siguiente partir hacia otro destino.
Con este post no quiero desprestigiar la forma de viajar de algunas personas. Cada quién es libre de administrar su tiempo de viaje como quiera, pero recuerda que los destinos populares no es lo único que existe en cada país. Si viajas como mochilero, tendrás mucha más disponibilidad de ver de todo un poco.
yo tengo muchas ganas de conocer cualquier parte del mundo, pero me falta acompañante! y obviamente algo de efectivo, pero tengo mucha disposicion, todavia tengo tiempo de conseguir alguien que se anime y me de una idea de hacia donde partir, muy buena esta pagina, saludos desde buenos aires. Diego
Quizás lo que ocurre es que hay que valorar un elemento, la SEGURIDAD, moverse en Guatemala es peligroso o en general por Centro América, especialmente para el concepto de seguro que tenemos en Europa. Por ello muchos optan o optamos por sitios turísticos donde sabes que los Estados incrementan la seguridad por la cuenta que les trae. Es como en Egipto con la policia blanca o policia turística que está donde hay turismo para protegerte. Esa es mi opinión, saludos viajeros
Es cierto Paco. Últimamente tengo que reconocer que no se puede andar de muy aventurero por el asunto de la seguridad. Que si las pandillas, el terrorismo, secuestros express, etc. Aunque también hay que tomar en cuenta que no todos los días cosas como estas suceden.Saludos 🙂